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viernes, 24 de febrero de 2006

Lo que es el arte para mi

Llevo mucho tiempo queriendo hablar de arte, pero al final nunca me pongo a ello. Es difícil, o a mí me lo resulta, poder definir de forma concreta, correcta y sin ambigüedades qué es arte. El hecho de que cada definición esté empapada de subjetividad no contribuye a que yo haya encontrado una definición de arte que me satisfaga por completo. Por otro lado, la mayor parte de lo que en mi vida he leído sobre arte me hace estar de acuerdo con las palabras del escritor francés Remy de Gourmont, que afirmó que “El arte está hecho para ser sentido y no para ser comprendido. Por eso, cada vez que se quiere hablar de él según la inteligencia no se dicen más que tonterías”.

Y es que muchas veces, al leer a un crítico de arte, me ha asaltado la sensación de que si bien el sujeto en cuestión no tenía ni idea de lo que estaba diciendo ni sobre qué lo estaba diciendo, su orgullo profesional no le permitía expresarlo de forma sencilla, sino que, quizás, albergaba la esperanza de que recubriendo su ignorancia de pomposas y engoladas palabras el lector no sea consciente de que no está diciendo nada. No es algo que pase normalmente en escritos académicos, pero sí en las críticas sobre exposiciones, subastas y demás actos artísticos que aparecen en medios de comunicación (tanto especializados como no).

Sin embargo, en estos años de aprendizaje, he visto que, al final, todas las definiciones tienen un punto en común: una obra de arte tiene que hacerte sentir algo. Al final, una pintura, o una escultura, tienen que ser capaces de evocar algo en la persona que lo contempla, y eso es lo que diferencia entre una obra de arte y una fiel copia de la realidad. o, como decía Goethe “Si yo pinto a mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte”. Sin embargo, si esa misma pintura provoca miedo, rechazo o ternura, entonces el autor habrá logrado ver “más allá” de la simple apariencia física y habrá sabido plasmar la esencia de lo representado, o como dijo antes alguien mucho más sabio que yo, “La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia” (Aristóteles).

Quería hablar de lo que yo considero arte y de lo que considero tomaduras de pelo, pero lo único que podría hacer sería dar una lista de obras, y aún así creo que mi definición quedaría coja, pues nunca podría completar y cerrar esa lista. Así que me voy a limitar a poner dos ejemplos de dos obras expuestas en ARCO 2006. Ninguna de las dos me gustan, aunque en ambas soy capaz de captar la intencionalidad del autor. A su lado pondré dos ejemplos de obras que sí considero arte y que abordan desde otro ángulo, o quizás desde el mismo, la misma necesidad humana de comunicar. Y es que, como ya dijera Chejov “La obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio”.

Espero que al menos así podáis entender mejor qué es el arte para mí:
Cafetería que SI y Cafetería que NO

Perspectiva que SI y Perspectiva que NO

jueves, 23 de febrero de 2006

Cosas que mejoran los dias

Llevo un par de días recordando la entrada de Athair sobre los patitos de goma. Ayer y hoy estaban destinados a ser días en los que algo bueno llegara a nuestras vidas, y así ha sido, aunque de forma diferente a la planeada, como siempre pasa.

Yo esperaba el día 22 para poder hacerme con una de las películas que más me han gustado en mucho tiempo: Wallace&Gromit. The Curse of the Were-Rabbit. Soy una fan incondicional del inventor chiflado por el queso y su incomparable compañero de desventuras, y no puedo dejar de enamorarme de cualquier cosa que contenga algo tan mono como esto



De hecho mi intención era construir uno, aunque parece más difícil de lo que pensé en un primer momento. En cualquier caso, ¿quién dijo miedo?

La otra pequeña cosa que iba a hacer el día de hoy algo más agradable, era la publicación del libro cuyo título se lleva el premio 2006 a la corrección política más estúpida, esto es el sexto libro de Harry Potter en español. Dudaba si comprármelo o no, pero al final no ha hecho falta decidirse. A las 7 de la tarde, más o menos, llegaba a mi redacción un paquete marrón a mi nombre: en él descansaba un ejemplar.

Y aunque todo esto ha tenido su puntito, obviamente lo más importante de estos días es que Athair salió ileso de su hamburguesa.