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jueves, 27 de abril de 2006



-­Me caigo de sueño. De forma casi literal. Ayer llegué a casa a las 5, y como tenía que estar aquí a las 9, deduje que no merecía la pena que me acostara, no fuera a ser que no hubiera persona, aparato o similar que lograra despertarme a tiempo. Así que me puse a jugar al ordenador, pero debo decir que, mal que me pese, ni Los Sims ni el Civi IV son lo suficientemente emocionantes, desde el principio, como para que si empiezas una ppartida a esas horas, te mantengan despierto. Ahora sólo pienso en llegar a casa y dormir 2 días seguidos. De verdad. (Escrito a las 13 horas, en el trabajo, del que he conseguido salir media hora después)

-­Me gusta la música comercial. Vale, no toda, pero alguna sí. No me emociono escuchando a Bibal o bustamante, pero sí me gustan algunas canciones de Shakira o Anastacia. Tampoco considero que U2 o Depeche Mode sean grupos no comerciales, la verdad. Y no me preocupa. Duermo muy bien por las noches.
También soy capaz de reconocer que, a veces, me gustan canciones que, objetivamente, sé que son malas. Pero me tocan la fibra sensible, me transmiten algo, o me encontraron en el momento adecuado y desde entonces asocio a esas melodías una determinada sensación que mi cerebro interpreta de forma positiva. Incluso hay otras ocasiones en las que, aunque la canción sea mala, la voz del cantante hace que no me disguste en absoluto.
Y luego hay grupos que no me gustan nada, incluso cuando oigo hablar maravillas de ellos a gente con un gusto musical que respeto, o con conocimientos mucho más amplios que los míos en la materia.