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martes, 25 de noviembre de 2003

19.40 París ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ME VOY A PARIS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Sí, me voy mañana por la tarde y regreso el domingo por la mañana. Se trata de un viaje de trabajo, aunque el programa es de lo más relajado y atractivo. Ya os contaré.

jueves, 13 de noviembre de 2003

18.00 Respuestas Pensaba escribir en los comentarios una respuesta a todo aquello que vosotros (sufridos lectores) me habíais dicho o escrito sobre mi última entrada. Al final, como se ve, he decidido contestaros con otra entrada, esta vez algo más corta. A tí Dodu, gracias por dejarme ser tus orejas y tu hombro ese día. A tí, fuerza bruta, que no es cierto que no sepas escribir, hay muchas pruebas que desmienten tu afirmación. Sherraiza, es cierto que todos tenemos un pasado, pero hay unos que paralizan más que otros, queramos o no. Soy quien soy hoy día por el camino que llevo recorrido, y éste no ha sido fácil en muchos momentos. Por desgracia algunos de ellos pesan en mi ánimo más de lo que me gustaría. Pero no es sólo el pasado el que me ha hecho hablar como lo hice, por desgracia el presente y alguna que otra parte del futuro también han pesado lo suyo. Porroncito mío, que has hecho de mí la más divertida y esperpéntica "malvada" de ciencia ficción, gracias por tus palabras sobre los desaparecidos. Ayudan. Por desgracia en mi edificio ya tenemos una vecina que grita. Además, no es mi estilo gritar lo que me ocurre, no me siento capaz de soltarme tanto. Shelob, ya sé que estás. Yo tampoco llamo mucho, no nos engañemos, y menos últimamente. Beor, gracias por el mensaje, y claro que te dejo la tercera temporada. Athair, claro que cuenta tu opinión. Y gracias por lo de mi sonrisa, aunque últimamente no se prodiga demasiado. Pero hay cosas en las que no estoy de acuerdo. No siempre después de una mala época, llega una mejor. Tampoco parece ser cierto que ya es hora de que me llegue a mí. Hace ya mucho que alguien me dijo esa misma frase por primera vez, y las cosas siguen igual. Nunca he creído en el destino predeterminado, ni en dios o algo por el estilo, pero si existe algo de eso parece bastante convencido de que hay cosas que yo, por lo que sea, no me merezco. Si no fuera así, ¿por qué últimamente me pasan las cosas que me pasan? Y me refiero a esas que tienden a negarme la posibilidad de alcanzar algunos deseos. Algunos ya sabéis a qué me refiero. Otros no, pero espero que comprendais que no me apetece hablar de ello, y menos en el blog. En las últimas semanas alguien me ha dicho cosas que antes había callado. Y cuando digo cosas me refiero a verdades en las que yo no había caído. Verdades sobre cómo soy, cómo me comporto, y cómo afecta a los que me rodean. Y no me han gustado. He reflexionado sobre ellas, y sé que tengo que cambiarlas, porque nunca podré estar bien si el ser como soy hace daño a otros. Así que, aunque me cueste reprimir algunas actitudes, aunque pueda dolerme, tengo que hacerlo. No sé cómo expresar cómo me siento, ni qué me ha hecho pensar así. Sólo puedo repetir una frase que le dije ayer a quien me ha abireto los ojos: No quiero que algo vuelva a dolerme tanto, ahora mismo no podría con ello, porque me quedan pocas cosas a las que agarrarme. Gracias Shelob por la oferta, pero ahora mismo no sé si sería buena idea. Ni lo de la mañana, ni lo de la noche. Y, por último, gracias a todos por vuestras palabras. Por las que han sido, y por tomaros la molestia de escribirlas.

martes, 11 de noviembre de 2003

16.34 Hay días... ...en que levantarme me cuesta un esfuerzo que no siempre sé que voy a poder hacer. Días en que miro atrás y pienso que, al fin y al cabo, mi vida no ha cambiado mucho. En que veo que mis problemas, mis dudas, mis miedos y, sobre todo, el dolor, siguen siendo los mismos. Días en los que me recuerdo sentada en una silla de piel negra, bastante cómoda, hablando con una mujer de la cual sólo sabía nombre, apellido y profesión (hoy el apellido lo he olvidado) y pienso que entonces estaba algo mejor. Hay días en que echo de menos aquellas pequeñas pastillas que me ayudaban a sobrevivir en el día a día. Quizás esta vez el 3 de noviembre haya llenado más días de sombra que otras veces. O quizás sea que se acerca el aniversario de la muerte (desaparecer lo hizo muchos años antes) de mi abuelo, y siga sintiéndome culpable, ante mí y ante mi familia, de no haber sido capaz de llorar entonces. Quizás sea que sé que si lloro ahora, este año, tampoco sería por él. Aunque en realidad creo que es una mezcla de todo, y de algunas pinceladas más. Quizás sea que estoy descubriendo que no soy ni la mitad de buena persona de lo que me creía. Que las cosas que veo en los demás, y pienso que también me merezco, siempre vayan a estar fuera de mi alcance, porque en realidad no me las merezca ni de lejos. Quizás sea que aposté todas mis fichas a una mala mano de poker, y las perdí. Que ya no puedo pedir más crédito. Que esté descubriendo que la opinión que algunas de las personas que más me importan, no sea la que creía. O que la están cambiando poco a poco. En demasiados ámbitos para que sea coincidencia. Vuelvo a desear largas noches de oscuridad sin sueños. Vuelvo a no tener hambre, a no comer en 3 días. Vuelvo a no querer levantarme de la cama, a no querer enfrentarme con el mundo, ni con la gente ni con mi espejo. Vuelvo a mirarme y, una vez más, sin sorpresas, descubro que lo que veo no es lo que me gustaría ver. Que no me gusto. Y, lo peor, es que vuelvo a creer que ya es demasiado tarde para que algo cambie. Me gustaría usar este post para pediros perdón a todos. Perdón por las veces que os he irritado demasiado, perdón por haberos hecho enfadar, por haberos hecho daño. Por no haber prestado la debida atención a lo que me decíais, por haberme quedado detrás de los muros que construí hace años. Por haberos herido cuando, al intentar derribarlos, os ha caído algún cascote encima, para encima luego, reiniciar la reconstrucción. Por no haber sabido comprenderos, escucharos, consolaros cuando lo necesitabais. Perdón por si, de alguna forma, el haber sido yo os ha causado alguna molestia. Y sobre todo, perdón por no habéroslo pedido antes.

lunes, 3 de noviembre de 2003

11.16 3 de noviembre de Odio los 3 de noviembre. Los odio, los temo y, cada año, intento olvidarme que ese día existe. Más aún cuando se va acercando. Me gustaría dormirme la noche del 2 y despertarme el día 4, de forma que, al menos para mí, el día 3 de noviembre no existiera en absoluto. Cada año, desde hace 7, intento poner buena cara, sonreír ante las bromas de amigos y compañeros, disfrutar de la vida, no echar de menos. Pero no puedo. Ayer leí el artículo de Maruja Torres en EPS. Hablaba de sus santos, de cómo honrar a los desaparecidos cuando no tienes religión, cuando no te gusta ir a los funerales. Hablaba de conservar el vacío que dejan esas personas, como forma de homenaje y de luto. No sé si tenía razón, ni tampoco si esa es la razón de que yo siga sus palabras. Pero lo hago. Y cambiando de tema: Matrix revolutions. Finalmente fui el viernes a verla. Dura cerca de dos horas, y de las 3 películas es la segunda en mi lista de preferencias. Es decir, me gustó. Bastante, por no decir mucho. Creo que resuelven bien las situaciones, y algunos de los problemas que les surgieron durante el rodaje (como la muerte de la actriz que encarna al Oráculo en las 2 primeras partes). Los efectos especiales están a la altura de sus predecesoras y, en algunos momentos, las supera. Cierra bien la trilogía cinematográfica y creo que gustará a los seguidores. La boda del Príncipe... Porroncito, porroncito, cuando te vea en la RAM te pegaré (o sustituiremos el castigo por unas cervezas a tu costa). El viernes nos cambiaron la portada en esta revista, y nos tuvimos que poner a currar como condenados (y eso que todos esperábamos salir pronto). Al final salió bien, aunque fue muy cansado. Y mi opinión personal... bueno, esa mejor me la reservo (prefiero no dejar constancia escrita de ella).