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jueves, 29 de septiembre de 2005

Reunión

Acabo de salir del despacho de mi director, para hablar de mi renovación. Y lo hago moderadamente contenta. Al parecer hay intención de renovarme, aunque el hecho de que ahora estén negociando los presupuestos hace que no me pueda decir más que eso. Bueno sí, que no hay ninguna queja de mi trabajo, más bien al contrario, y que considera que la sección de Edición es fundamental en estos momentos y lo será más aún en breve. También me ha prometido que si ve difícil la renovación me lo dirá cuanto antes, para que pueda hacer mis planes. En fin, que sólo me queda mes y medio de esperar noticias, aunque las recibidas hasta ahora son buenas. Sólo falta que Gerencia se dé cuenta de que soy tan necesaria como opinan algunos.

lunes, 26 de septiembre de 2005

Extrañeza

De vuelta de mi primera baja laboral de 3 días, tengo el curioso presentimiento de que voy a estar todo el día sola en mi zona de la redacción. Su parte buena: puedo tocarme las narices a dos manos muy a gusto (los lunes no hay trabajo). La mala: dado que Athair se va mañana a New York, preferiría estar con él. Pero bueno, la otra parte buena es que tengo un trabajo al que volver. Rectificación: una compañera acaba de llegar, la mañana la pasaré acompañada. Al llegar al trabajo me he encontrado un montón de correo postal (del de verdad) esperándome. Un par de libros, un avance de un tercero, un DVD de una entrega de premios y ¡sorpresa sorpresa! una carta desde Inglaterra con mi nombre y dos apellidos en el sobre. Intrigada lo he abierto para descubrir que se trataba de publicidad de The Economist. Estoy extrañada, muy extrañada, porque resulta que en esa revista extranjera hay alguien que sabe mi nombre y mis dos apellidos, los de verdad. ¿Qué quiere decir eso? Pues que tengo un amigo allí, no alguien que se ha cogido mi revista y ha mandado la carta a la primera persona que ha visto. La pena es que no sé quién es, y la letra no me dice nada, así que no puedo llamar para que me dé trabajo (je je je). Y un suceso extraordinario: al lado de mi casa hay una tienda de informática. En realidad venden componentes del tipo CD, DVD, etcétera. También tienen Internet y juegos en línea. Los precios son más baratos que la media, así que alguna vez he pensado en acercarme y comprar allí mis tarrinas de Cd y demás. Pero nunca puedo, porque nunca está abierta. Sólo la he visto 2 veces abierta desde que vivo allí (hace más de un año). La primera no me acuerdo cuándo fue, la segunda sí: un jueves a las once de la noche. En horario comercial normal, siempre está cerrada. Igual esta medianoche me acerco a comprar...

martes, 20 de septiembre de 2005

La gente es gilipollas. Culebrones (Retazos)

-Hoy he vuelto en transporte público a casa. Es algo que hago con cierta frecuencia últimamente, ya que así ahorro gasolina y Athair puede disponer de mi coche libremente, que en ocasiones necesita más que yo. En dos de los tres trayectos que hago he encontrado dignos ejemplos de estupidez supina asociada al llamado homo sapiens. Primero ha sido en el autobús. Como decenas de personas que viejaban en él me he bajado en la estación de Atocha. La cantidad de pasajeros que querían descender hacía muy difícil el avanzar, así que, antes de llegar, me he levantado de mi asiento y con una voz dulce, pero algo cascada por el trancazo que tengo, he preguntado a la señora de delante si iba a bajar también. Su respuesta, a medio camino entre la cólera y el pensamiento "la juventud son una panda de desgraciados maleducados" ha sido que sí, que claro. He puesto mi mejor cara y me he resignado a esperar. Cuando hemos llegado a la parada la avalancha ha sido increíble. Yo iba tranquila, sabiendo que bajaría, y sin empujar a nadie. Pero la señora de antes no parecía tan tranquila, y en su afán por bajar ha ido empujando enérgica y groseramente a una pobre señora de entre unos 75-80 años. Hasta que casi la hace caer y un señor le ha arreado un empujón que la ha enviado contra una de las barras de hierro que adornan los autobuses mientras le gritaba algún improperio. Durante un instante he creído que se pegaban de verdad. Y no solo ellos, sino también algún otro pasajero que defendía a una u otra parte. Por suerte ha quedado en nada. Quizás porque la señora ha visto que tenía menos defensores que atacantes. o quizás porque se ha dado cuenta de que, en el fondo, se lo merecía. Tras esto he dirigido mis pasos al andén del tren. El cartel luminoso indicaba que el tren estaba a punto de entrar en la estación, pero por mucho que se lo he pedido, el chaval que iba delante de mí en las escaleras mecánicas (lado izquierdo) no ha querido acelerar ni dejarme pasar. Cuando he llegado abajo el tren estaba llegando, así que he echado una carrera (por el lado derecho del andén) para poder llegar al centro del mismo, que es donde menos gente suele haber. Pero en medio de mi carrera un señor ha decidido dar un bandazo a la derecha, echando sobre mí los 90 kilos (siendo maja) que transportaba entre huesos, carne, grasas y demás. resultado: me he caído al suelo a escasos centímetros del andén, del que estaba vacío. Un señor (otro) me ha ayudado a ponerme en pie, y el autor de mi caída ni se ha inmutado. Vamos, ni se ha parado a mirar. Por suerte he cogido el tren. Pero en el vagón me esperaba otra sorpresa. Junto a mi asiento estaban una mujer (unos 50 años), una adolescente (no llegaba a los 20) y 4 niños de edades diversas, incluyendo una en una silla de bebés. Mientras jugaba con esta última he conseguido captar un retazo de una conversación mantenida entre un niño, la mujer y la chica: Niño:-Quiero un chicle, dame un chicle. Mujer:-Ya te he dado uno antes. Niño:-No, no me lo ha dado. Niño 2: -No. Chica: -Bueno, pues si tiene uno que se lo coma ella. Fin de la discusión. una discusión lógica, razonada y donde se ha tratado al niño como un ser dotado de inteligencia y capacidad de razocinio acorde a su edad. ¿Que no? ¿Cómo puedes decir eso? ¿Lo has leído bien? Un tanto asqueada me he enfrascado en la lectura de mi libro, mientras de vez en cuando jugueteaba con la más pequeña. Sólo he salido de mi ensimismamiento cuando al llegar a su estación (una antes que la mía), la familia feliz ha protagonizado otro capítulo maravilloso del documental Cómo educar a los niños. La mujer le ha dicho al mismo niño que se levantara cuando se ha anunciado la parada. El niño, inteligente, ha dicho que aún no habíamos llegado, que se levantaba cuando llegáramos a la estación. La chia, lógica y razonable en sus argumentaciones, le ha soltado un bofetón que ha resonado en el vagón semivacío. Unos cuantos pasajeros nos hemos mirado, y hemos mirado a la familia con cara de "pobres niños". Al bajar del tren el mismo niño, que lloraba en silencio por el bofetón, se ha resbalado y ha caído sobre el andén. ¿Qué ha hecho la familia? ¿Ayudarle a levantarse, mirar si estaba bien y consolarle? No. Se han reído de él. Lo dicho. La gente es gilipollas. Menos exámenes de conducir y más de civismo y paternidad. - Después de tres volúmenes enteros y 10 capítulos del cuarto, puedo decir que me importa menos que nada lo que ocurra en los siguientes 2 de Canción de Hielo y Fuego. Y mira que me da rabia, que me estaba gustando, pero ya no lo aguanto más. No es que se me haya hecho largo o que crea que está mal escrito, no es eso. Es simplemente, que me he cansado de desgracias. Si hasta en los libros de Corín Tellado o culebrones similares hay más alegría. y eso sin tener en cuenta el hecho de que los buenos se han ido volviendo imbéciles con cada página que pasaba. Al final han conseguido que quiera que ganen los malos sólo porque, al menos, son inteligentes. En fin, que me lo terminaré (el tercero), pero no creo que pase de allí. O igual sí, si deja padar el suficiente tiempo como para que se me olvide entre que me lo termine y saquen el otro. En fin, una pena.

lunes, 19 de septiembre de 2005

Zimbawe. Enésima parte.

J. se acerca con paso decidido a la mesa repleta de diccionarios. En sus manos toma la vigésima segunda edición del Diccionario de la RAE, volumen de la L a la Z. Tras mirar con detenimiento una entrada, exclama: –¡Joder, tiene huevos! –¿Qué ocurre?– preguntan sus compañeros intrigados. –Pues que "locuaz" es una persona que habla mucho... –¡Anda, claro! ¿Qué creías que era? –Pues todo lo contrario, creía que locuaz era una persona muy callada... Y yo me sumerjo en un estupor repleto de vergüenza ajena. Así es el sitio donde trabajo. Así es la gente que trabaja en la redacción de un medio de comunicación...

domingo, 18 de septiembre de 2005

Hoy puede ser un gran día... o no

Hoy me he levantado de un humor extraño. Y por primera vez en mucho tiempo, me ha ganado la partida. A la hora de la comida estaba realmente gruñona. Nada me hacía gracia. Nada me hacía sonreir, y corría el riesgo de convertirme en una digna Cleopatra Tanto es así que he acabado pidiendo que quedarme sola, más que nada para que no pagara nadie mi tonto enfado. Al final Athair se ha librado, pero los integrantes de la Vuelta Ciclista a España y todas sus familias no. Y es que me han tenido cerca de una hora parada en el acceso a mi pueblo, con el consiguiente cabreo por no poder llegar a casa. Una vez descargada mi mala leche me he quedado vacía y desinflada, y hubiera querido poder dar la vuelta e ir a recoger a la única persona con la que me apetecía estar. Pero ya no podía ser. Supongo que el cansancio acumulado tiene gran culpa en todo esto. Debería dormir más. Pero tampoco ha ayudado el hecho de no haber pasado un buen fin de semana, ni la tontería de que se haya jodido mi estrategia de quedar entre los 10 primeros en el Eternal Kingdoms, algo que ya parece imposible. O al menos tan difícil que ni ganas tengo de intentarlo. Y si quedaba algo de mala leche en mi cuerpo se ha derretido gracias a arrasar a Zululandia en mi último vicio: Civilization III. Pero ahora ya no sé qué hacer. No tengo ganas de salir, ni de leer, ni de jugar a nada. No ponen nada en la tele y mi colección de DVD no despierta ningún entusiasmo en mí. Y tampoco tengo sueño. Solo hay una cosa que me apetece hacer, pero la estupidez de mi comportamiento previo ha anulado cualquier posibilidad de que ocurra... Midnight Not a sound from the pavement Has the moon lost her mem'ry? She is smiling alone In the lamplight The withered leaves collect at my feet And the wind begins to moan

Mem'ry All alone in the moonlight I can smile at the old days Life was beautiful then I remember The time I knew what happiness was Let the mem'ry live again

Ev'ry street lamp Seems to beat A fatalistic warning Someone mutters And a street lamp gutters And soon it will be morning

Daylight I must wait for the sunrise I must think of a new life And I mustn't give in When the dawn comes Tonight will be a memory too And a new life will begin

Burnt out ends of smokey days The stale cold smell of morning The street lamp dies Another night is over Another day is dawning

Touch me It's so easy to leave me All alone with my mem'ry Of my days in the sun If you touch me You'll understand what happiness is Look a new day has begun ...
(Memory)

miércoles, 14 de septiembre de 2005

Pachucha. Misterios

Estoy mala, pero no me lo puedo permitir. Tengo algo de fiebre, dolor de cabeza, de garganta, cansancio general y más visitas al baño esta noche de las que se pueden contar con los dedos de las manos. Anoche además tenía una preocupante roncha roja que iba de la barbilla al pecho, cubriendo la mitad de mi cuello. Y otra en el brazo. Desaparecieron unas horas, pero el picor en la zona me dice que están volviendo... Pero no puedo ponerme mala. Mañana hay que cerrar la revista y no hay sustituto posible. Además he descubierto algo extraño que me ha fastidiado un poco la mañana. Al abrir blogger hace un rato quería hacer dos cosas: publicar esta entrada y una nueva en el blog de Neil Gaiman. Llevaba unos días sin hacerlo, así que me ha sorprendido ver que el primero de la lista, con una supuesta actualización ayer era el de Gaiman. Y ¡Oh! sorpresa... la actualización ha consistido en eliminar buena parte de las entradas traducidas. Sé que yo no he sido, pero no sé cómo ha pasado... En fin, espero que los archivos originales estén a salvo en mi ordenador... Quiero irme a casa. Quiero dormir. Quiero que me baje la fiebre. Y quiero que mis compañeras dejen de preguntar cosas que deberían saber hace meses.

martes, 13 de septiembre de 2005

Visitas indeseables. Ideas. Compañias recuperadas

Eso es lo que me toca en, aproximadamente, 14 minutos. Tengo que ir a la peluquería. Mi pelo se ha hecho fuerte y se niega a adoptar cualquier forma que le propongas (ya sea por las buenas o por las malas), así que al final acabo llevando coleta. Y mi madre quiere que luzca cabellera nte la inminente boda contra el alquiler que se avecina. Mi amplia experiencia con peluquerías variadas me dice que yo pediré algo así:
Ideal

Y acabaré pareciendo algo así:
Realidad

Por desgracia, mi capacidad para impresionar a la gente en general, e intimidar a las peluqueras en particular es nula. Lástima que no tenga una preciosidad como la de más abajo para que me acompañe en esta visita. Con ella a mi lado seguro que me hacían caso...
El sueño


EDIT: Al final no ha hecho falta que emular a Miho. La peluquera, por primera vez en mucho tiempo, me ha hecho caso. Teniendo en cuenta que sólo tenía una idea aproximada de lo que quería es un gran mérito por su parte, aunque no quiere decir que haya elegido el corte de pelo que más me favorece. Aún así estoy contenta. Es un poco más corto de lo que quería, pero sólo un poco. Por fin he encontrado una peluquera que entiende que dos dedos son dos dedos en horizontal, no en vertical. Y aunque no ha sido barato, me he ahorrado 9 euros por trabajar donde trabajo. Alguna ventaja tenía que tener ¿no? En cualquier caso, si alguien quiere hacerme feliz regalándome la afilada garantía de que nadie volverá a no hacerme caso, que sepa que será bienvenida... (si cuela, cuela). Y en lo que me ha quedado de la hora de la comida he disfrutado de la compañía de cientos de amigos que no veía hace mucho tiempo. He reído y disfrutado como una enana, e incluso alguna lagrimilla ha luchado por salir (por suerte la he contenido). Lucky, Patch, Pecas, Rolling, Coronel, Sargento, Capitán, Danés, Perdi, Pongo... y es que, ¿verdad que son monos?
Deseo

Y creo que ya sé cuál es la siguiente en la lista:
Retrato

jueves, 1 de septiembre de 2005

¿De quién es la culpa?

Culpa. (Del lat. culpa). 1. f. Imputación a alguien de una determinada acción como consecuencia de su conducta. 2. f. Hecho de ser causante de algo. Responsabilidad. 4. f. Der. Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente. La culpa, o responsabilidad, es siempre de uno mismo. Todos tenemos la capacidad de cambiar nuestra conducta según la situación y obtener con ella lo que cada cual considere el mayor beneficio. Así, siguiendo ejemplo de Rapun sobre la arena (me gustó mucho, qué se le va a hacer), si decides ir a la playa a comer una paella, comerás arena. Pero la responsabilidad no es ni de la playa, ni de la arena ni de la paella, es tuya, que sabías que eso iba a pasar y decidiste hacerlo de todos modos. Si lo que me apetece es comer paella en la playa tengo dos opciones, joderme y aguantarme o comerla en el chiringuito. En los dos casos eliges un mal menor en pos de lo que mayor beneficio te reporte (comer paella casera con las olas bañando tus pies, o comer paella sin arena). Obviamente puedes intentar limpiar la playa de arena, pero es un gasto de energía inútil, ya que puedes morir en el intento de quitar la arena o, si tienes éxito, convertirás la playa en otra cosa, pero dejará de ser la playa. En cualquier caso la decisión es tuya, y la responsabilidad sobre ella también. Y sobre sus consecuencias. Tienes lo que tienes, ni más ni menos. Tienes lo que te has buscado, lo que te has currado y lo que estás dispuesto a trabajar. A veces no puedes hacer que las cosas vayan mejor, pero decides cómo asumes eso. Ejemplo práctico: mis posibilidades reales de cambiar de trabajo pueden ser elevadas. Si decido que no quiero perder poder adquisitivo, las reduzco un poco. Pero lo hago yo. En mi caso, tal y como se ha demostrado, las reduzco un montón, casi hasta que llegan a cero. Bien, ahora puedo lamentarme o asumir que dado que yo he preferido mantener mi estatus económico por encima de mi bienestar profesional, lo mejor que puedo hacer es dejar que mi trabajo me amargue lo menos posible. Por supuesto que habrá días que el desánimo sea grande, pero en general la actitud más sana es evaluar y elegir. Lo mismo pasa con las personas. Intentar barrer su arena es inútil, está ahí porque les gusta, por mucho que te fastidie a ti, así que o bien pones cemento de por medio o bien asumes que hay lo que hay, y vives con ello. Todos hemos tenido en nuestra vida, de manera más o menos cercana, a típico malote de instituto. Era el repetidor, el que fumaba en los baños solo porque estaba prohibido (salir a la calle no molaba), el que tenía enamoradas al 90% de la población femenina que lo rodeaba, el que salía un día con una y otro con otra sólo por el placer de jugar con todas a la vez... Muchas pensaban que podrían cambiarle, “conmigo será diferente”. Bueno, podría ser. Pero sólo cuando él quisiera. Era como la llama de una vela. Ágil, cambiante, atrayente... Y quemaba. Pero sólo si tú querías que quemara. Siempre había un límite en el que poder mantener tu integridad. Pero debías saber que, por encima de la remota posibilidad de que realmente se enamorara de ti, estaba lo que querías: pasar un buen rato y punto, sin más complicaciones. Sin quemaduras. Ponías un muro de cemento para que la arena no te llegara. Conocí a muchas que no pusieron el muro, y sufrieron por ello. A pocas las oí ser valientes y declarar que, aunque sabían que eso iba a pasar, habían decidido arriesgarse. Creo que cualquier opción es buena, siempre que se afronte con valor y determinación, haciendo lo que quieres. Y asumiendo que tenías un buen montón de cartas descubiertas sobre la mesa que te permitían aventurar lo que iba a pasar. Vamos, que la responsabilidad (o la culpa) eran tuyas, porque tú habías tomado la decisión de hacer lo que fuera. Yo soy responsable de lo que tengo, me he ganado a pulso las cosas que tengo, las buenas y las malas (y estoy hablando de cosas fuera de la inevitabilidad de la naturaleza, aunque si quisiera ser rubia, podría). Así que no me valen excusas ñoñas del tipo “es que no lo sabía”, “es que creí”...Puede que en algunas cosas, y en algunos momentos no tuviera toda la información. Pero luego sí. Y si decidí seguir adelante fue cosa mía. Nadie me engañó. Asumí y asumo los riesgos. Luego las cosas pueden salir mejor o peor, pero están ahí porque yo quise. Si, por ejemplo, el novio de X (al que llamaremos Y) decidiera ponerle los cuernos, obviamente (en principio) la culpa no sería de X, sino del novio. Pero si X sabía que su pareja no tenía intención de ser fiel, las cosas cambian. Entonces X sabía dónde se metía, y debe asumir que, en el fondo, sabía que eso podía pasar. Y si no lo sabía, y realmente es la primera infidelidad en la vida sentimental de Y, aún así X tendría opciones. Podría decidir seguir con él, asumiendo que eso ha pasado y perdonándolo, hablándolo con Y y llegando a acuerdos o haciendo como si eso nunca hubiera ocurrido (mala idea). O bien puede plantarle en el sitio y seguir su vida. Puede llorar amargamente durante mil días y sus noches, o puede decidir que eso no la va a amargar... ¿Veis? Es su decisión, su responsabilidad. Ha habido cosas en mi vida que no me han gustado y he cambiado. Otras que no he podido cambiar y que he asumido de la mejor forma posible. E intento hacer eso ahora mismo, con las cosas feas que veo a mi alrededor. Sí, podría estar mejor. Sí, podría ser más feliz. No, no me cabe ninguna duda de que lo conseguiré. Sólo hay que tener claro que la culpa, la responsabilidad de ello, es sólo mía. P.D. Yo también provoco imágenes mentales de vacas tocando el violín, pero las neuronas, en vez de animar, crean interpretaciones alternativas de mis palabras. Así, la frase "Película adaptación de la cuarta novela" ha quedado convertida en "Cuarta adaptación de la famosa novela...". Genial.
Life was beautiful then I remember The time I knew what happiness was Let the mem'ry live again

Ev'ry street lamp Seems to beat A fatalistic warning Someone mutters And a street lamp gutters And soon it will be morning

Daylight I must wait for the sunrise I must think of a new life And I mustn't give in When the dawn comes Tonight will be a memory too And a new life will begin

Burnt out ends of smokey days The stale cold smell of morning The street lamp dies Another night is over Another day is dawning

Touch me It's so easy to leave me All alone with my mem'ry Of my days in the sun If you touch me You'll understand what happiness is Look a new day has begun ...
(Memory)
|W|P|112706723522328168|W|P|Hoy puede ser un gran día... o no|W|P|tindriel@gmail.com9/14/2005 12:49:00 p. m.|W|P|Tindriel|W|P|Estoy mala, pero no me lo puedo permitir. Tengo algo de fiebre, dolor de cabeza, de garganta, cansancio general y más visitas al baño esta noche de las que se pueden contar con los dedos de las manos. Anoche además tenía una preocupante roncha roja que iba de la barbilla al pecho, cubriendo la mitad de mi cuello. Y otra en el brazo. Desaparecieron unas horas, pero el picor en la zona me dice que están volviendo... Pero no puedo ponerme mala. Mañana hay que cerrar la revista y no hay sustituto posible. Además he descubierto algo extraño que me ha fastidiado un poco la mañana. Al abrir blogger hace un rato quería hacer dos cosas: publicar esta entrada y una nueva en el blog de Neil Gaiman. Llevaba unos días sin hacerlo, así que me ha sorprendido ver que el primero de la lista, con una supuesta actualización ayer era el de Gaiman. Y ¡Oh! sorpresa... la actualización ha consistido en eliminar buena parte de las entradas traducidas. Sé que yo no he sido, pero no sé cómo ha pasado... En fin, espero que los archivos originales estén a salvo en mi ordenador... Quiero irme a casa. Quiero dormir. Quiero que me baje la fiebre. Y quiero que mis compañeras dejen de preguntar cosas que deberían saber hace meses.|W|P|112669546758023915|W|P|Pachucha. Misterios|W|P|tindriel@gmail.com9/13/2005 01:47:00 p. m.|W|P|Tindriel|W|P|Eso es lo que me toca en, aproximadamente, 14 minutos. Tengo que ir a la peluquería. Mi pelo se ha hecho fuerte y se niega a adoptar cualquier forma que le propongas (ya sea por las buenas o por las malas), así que al final acabo llevando coleta. Y mi madre quiere que luzca cabellera nte la inminente boda contra el alquiler que se avecina. Mi amplia experiencia con peluquerías variadas me dice que yo pediré algo así:
Ideal

Y acabaré pareciendo algo así:
Realidad

Por desgracia, mi capacidad para impresionar a la gente en general, e intimidar a las peluqueras en particular es nula. Lástima que no tenga una preciosidad como la de más abajo para que me acompañe en esta visita. Con ella a mi lado seguro que me hacían caso...
El sueño


EDIT: Al final no ha hecho falta que emular a Miho. La peluquera, por primera vez en mucho tiempo, me ha hecho caso. Teniendo en cuenta que sólo tenía una idea aproximada de lo que quería es un gran mérito por su parte, aunque no quiere decir que haya elegido el corte de pelo que más me favorece. Aún así estoy contenta. Es un poco más corto de lo que quería, pero sólo un poco. Por fin he encontrado una peluquera que entiende que dos dedos son dos dedos en horizontal, no en vertical. Y aunque no ha sido barato, me he ahorrado 9 euros por trabajar donde trabajo. Alguna ventaja tenía que tener ¿no? En cualquier caso, si alguien quiere hacerme feliz regalándome la afilada garantía de que nadie volverá a no hacerme caso, que sepa que será bienvenida... (si cuela, cuela). Y en lo que me ha quedado de la hora de la comida he disfrutado de la compañía de cientos de amigos que no veía hace mucho tiempo. He reído y disfrutado como una enana, e incluso alguna lagrimilla ha luchado por salir (por suerte la he contenido). Lucky, Patch, Pecas, Rolling, Coronel, Sargento, Capitán, Danés, Perdi, Pongo... y es que, ¿verdad que son monos?
Deseo

Y creo que ya sé cuál es la siguiente en la lista:
Retrato
|W|P|112661308199042619|W|P|Visitas indeseables. Ideas. Compañias recuperadas|W|P|tindriel@gmail.com9/01/2005 05:03:00 p. m.|W|P|Tindriel|W|P|Culpa. (Del lat. culpa). 1. f. Imputación a alguien de una determinada acción como consecuencia de su conducta. 2. f. Hecho de ser causante de algo. Responsabilidad. 4. f. Der. Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente. La culpa, o responsabilidad, es siempre de uno mismo. Todos tenemos la capacidad de cambiar nuestra conducta según la situación y obtener con ella lo que cada cual considere el mayor beneficio. Así, siguiendo ejemplo de Rapun sobre la arena (me gustó mucho, qué se le va a hacer), si decides ir a la playa a comer una paella, comerás arena. Pero la responsabilidad no es ni de la playa, ni de la arena ni de la paella, es tuya, que sabías que eso iba a pasar y decidiste hacerlo de todos modos. Si lo que me apetece es comer paella en la playa tengo dos opciones, joderme y aguantarme o comerla en el chiringuito. En los dos casos eliges un mal menor en pos de lo que mayor beneficio te reporte (comer paella casera con las olas bañando tus pies, o comer paella sin arena). Obviamente puedes intentar limpiar la playa de arena, pero es un gasto de energía inútil, ya que puedes morir en el intento de quitar la arena o, si tienes éxito, convertirás la playa en otra cosa, pero dejará de ser la playa. En cualquier caso la decisión es tuya, y la responsabilidad sobre ella también. Y sobre sus consecuencias. Tienes lo que tienes, ni más ni menos. Tienes lo que te has buscado, lo que te has currado y lo que estás dispuesto a trabajar. A veces no puedes hacer que las cosas vayan mejor, pero decides cómo asumes eso. Ejemplo práctico: mis posibilidades reales de cambiar de trabajo pueden ser elevadas. Si decido que no quiero perder poder adquisitivo, las reduzco un poco. Pero lo hago yo. En mi caso, tal y como se ha demostrado, las reduzco un montón, casi hasta que llegan a cero. Bien, ahora puedo lamentarme o asumir que dado que yo he preferido mantener mi estatus económico por encima de mi bienestar profesional, lo mejor que puedo hacer es dejar que mi trabajo me amargue lo menos posible. Por supuesto que habrá días que el desánimo sea grande, pero en general la actitud más sana es evaluar y elegir. Lo mismo pasa con las personas. Intentar barrer su arena es inútil, está ahí porque les gusta, por mucho que te fastidie a ti, así que o bien pones cemento de por medio o bien asumes que hay lo que hay, y vives con ello. Todos hemos tenido en nuestra vida, de manera más o menos cercana, a típico malote de instituto. Era el repetidor, el que fumaba en los baños solo porque estaba prohibido (salir a la calle no molaba), el que tenía enamoradas al 90% de la población femenina que lo rodeaba, el que salía un día con una y otro con otra sólo por el placer de jugar con todas a la vez... Muchas pensaban que podrían cambiarle, “conmigo será diferente”. Bueno, podría ser. Pero sólo cuando él quisiera. Era como la llama de una vela. Ágil, cambiante, atrayente... Y quemaba. Pero sólo si tú querías que quemara. Siempre había un límite en el que poder mantener tu integridad. Pero debías saber que, por encima de la remota posibilidad de que realmente se enamorara de ti, estaba lo que querías: pasar un buen rato y punto, sin más complicaciones. Sin quemaduras. Ponías un muro de cemento para que la arena no te llegara. Conocí a muchas que no pusieron el muro, y sufrieron por ello. A pocas las oí ser valientes y declarar que, aunque sabían que eso iba a pasar, habían decidido arriesgarse. Creo que cualquier opción es buena, siempre que se afronte con valor y determinación, haciendo lo que quieres. Y asumiendo que tenías un buen montón de cartas descubiertas sobre la mesa que te permitían aventurar lo que iba a pasar. Vamos, que la responsabilidad (o la culpa) eran tuyas, porque tú habías tomado la decisión de hacer lo que fuera. Yo soy responsable de lo que tengo, me he ganado a pulso las cosas que tengo, las buenas y las malas (y estoy hablando de cosas fuera de la inevitabilidad de la naturaleza, aunque si quisiera ser rubia, podría). Así que no me valen excusas ñoñas del tipo “es que no lo sabía”, “es que creí”...Puede que en algunas cosas, y en algunos momentos no tuviera toda la información. Pero luego sí. Y si decidí seguir adelante fue cosa mía. Nadie me engañó. Asumí y asumo los riesgos. Luego las cosas pueden salir mejor o peor, pero están ahí porque yo quise. Si, por ejemplo, el novio de X (al que llamaremos Y) decidiera ponerle los cuernos, obviamente (en principio) la culpa no sería de X, sino del novio. Pero si X sabía que su pareja no tenía intención de ser fiel, las cosas cambian. Entonces X sabía dónde se metía, y debe asumir que, en el fondo, sabía que eso podía pasar. Y si no lo sabía, y realmente es la primera infidelidad en la vida sentimental de Y, aún así X tendría opciones. Podría decidir seguir con él, asumiendo que eso ha pasado y perdonándolo, hablándolo con Y y llegando a acuerdos o haciendo como si eso nunca hubiera ocurrido (mala idea). O bien puede plantarle en el sitio y seguir su vida. Puede llorar amargamente durante mil días y sus noches, o puede decidir que eso no la va a amargar... ¿Veis? Es su decisión, su responsabilidad. Ha habido cosas en mi vida que no me han gustado y he cambiado. Otras que no he podido cambiar y que he asumido de la mejor forma posible. E intento hacer eso ahora mismo, con las cosas feas que veo a mi alrededor. Sí, podría estar mejor. Sí, podría ser más feliz. No, no me cabe ninguna duda de que lo conseguiré. Sólo hay que tener claro que la culpa, la responsabilidad de ello, es sólo mía. P.D. Yo también provoco imágenes mentales de vacas tocando el violín, pero las neuronas, en vez de animar, crean interpretaciones alternativas de mis palabras. Así, la frase "Película adaptación de la cuarta novela" ha quedado convertida en "Cuarta adaptación de la famosa novela...". Genial.|W|P|112558706657599456|W|P|¿De quién es la culpa?|W|P|tindriel@gmail.com-->Life was beautiful then I remember The time I knew what happiness was Let the mem'ry live again

Ev'ry street lamp Seems to beat A fatalistic warning Someone mutters And a street lamp gutters And soon it will be morning

Daylight I must wait for the sunrise I must think of a new life And I mustn't give in When the dawn comes Tonight will be a memory too And a new life will begin

Burnt out ends of smokey days The stale cold smell of morning The street lamp dies Another night is over Another day is dawning

Touch me It's so easy to leave me All alone with my mem'ry Of my days in the sun If you touch me You'll understand what happiness is Look a new day has begun ...
(Memory)
|W|P|112706723522328168|W|P|Hoy puede ser un gran día... o no|W|P|tindriel@gmail.com9/14/2005 12:49:00 p. m.|W|P|Tindriel|W|P|Estoy mala, pero no me lo puedo permitir. Tengo algo de fiebre, dolor de cabeza, de garganta, cansancio general y más visitas al baño esta noche de las que se pueden contar con los dedos de las manos. Anoche además tenía una preocupante roncha roja que iba de la barbilla al pecho, cubriendo la mitad de mi cuello. Y otra en el brazo. Desaparecieron unas horas, pero el picor en la zona me dice que están volviendo... Pero no puedo ponerme mala. Mañana hay que cerrar la revista y no hay sustituto posible. Además he descubierto algo extraño que me ha fastidiado un poco la mañana. Al abrir blogger hace un rato quería hacer dos cosas: publicar esta entrada y una nueva en el blog de Neil Gaiman. Llevaba unos días sin hacerlo, así que me ha sorprendido ver que el primero de la lista, con una supuesta actualización ayer era el de Gaiman. Y ¡Oh! sorpresa... la actualización ha consistido en eliminar buena parte de las entradas traducidas. Sé que yo no he sido, pero no sé cómo ha pasado... En fin, espero que los archivos originales estén a salvo en mi ordenador... Quiero irme a casa. Quiero dormir. Quiero que me baje la fiebre. Y quiero que mis compañeras dejen de preguntar cosas que deberían saber hace meses.|W|P|112669546758023915|W|P|Pachucha. Misterios|W|P|tindriel@gmail.com9/13/2005 01:47:00 p. m.|W|P|Tindriel|W|P|Eso es lo que me toca en, aproximadamente, 14 minutos. Tengo que ir a la peluquería. Mi pelo se ha hecho fuerte y se niega a adoptar cualquier forma que le propongas (ya sea por las buenas o por las malas), así que al final acabo llevando coleta. Y mi madre quiere que luzca cabellera nte la inminente boda contra el alquiler que se avecina. Mi amplia experiencia con peluquerías variadas me dice que yo pediré algo así:
Ideal

Y acabaré pareciendo algo así:
Realidad

Por desgracia, mi capacidad para impresionar a la gente en general, e intimidar a las peluqueras en particular es nula. Lástima que no tenga una preciosidad como la de más abajo para que me acompañe en esta visita. Con ella a mi lado seguro que me hacían caso...
El sueño


EDIT: Al final no ha hecho falta que emular a Miho. La peluquera, por primera vez en mucho tiempo, me ha hecho caso. Teniendo en cuenta que sólo tenía una idea aproximada de lo que quería es un gran mérito por su parte, aunque no quiere decir que haya elegido el corte de pelo que más me favorece. Aún así estoy contenta. Es un poco más corto de lo que quería, pero sólo un poco. Por fin he encontrado una peluquera que entiende que dos dedos son dos dedos en horizontal, no en vertical. Y aunque no ha sido barato, me he ahorrado 9 euros por trabajar donde trabajo. Alguna ventaja tenía que tener ¿no? En cualquier caso, si alguien quiere hacerme feliz regalándome la afilada garantía de que nadie volverá a no hacerme caso, que sepa que será bienvenida... (si cuela, cuela). Y en lo que me ha quedado de la hora de la comida he disfrutado de la compañía de cientos de amigos que no veía hace mucho tiempo. He reído y disfrutado como una enana, e incluso alguna lagrimilla ha luchado por salir (por suerte la he contenido). Lucky, Patch, Pecas, Rolling, Coronel, Sargento, Capitán, Danés, Perdi, Pongo... y es que, ¿verdad que son monos?
Deseo

Y creo que ya sé cuál es la siguiente en la lista:
Retrato
|W|P|112661308199042619|W|P|Visitas indeseables. Ideas. Compañias recuperadas|W|P|tindriel@gmail.com9/01/2005 05:03:00 p. m.|W|P|Tindriel|W|P|Culpa. (Del lat. culpa). 1. f. Imputación a alguien de una determinada acción como consecuencia de su conducta. 2. f. Hecho de ser causante de algo. Responsabilidad. 4. f. Der. Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente. La culpa, o responsabilidad, es siempre de uno mismo. Todos tenemos la capacidad de cambiar nuestra conducta según la situación y obtener con ella lo que cada cual considere el mayor beneficio. Así, siguiendo ejemplo de Rapun sobre la arena (me gustó mucho, qué se le va a hacer), si decides ir a la playa a comer una paella, comerás arena. Pero la responsabilidad no es ni de la playa, ni de la arena ni de la paella, es tuya, que sabías que eso iba a pasar y decidiste hacerlo de todos modos. Si lo que me apetece es comer paella en la playa tengo dos opciones, joderme y aguantarme o comerla en el chiringuito. En los dos casos eliges un mal menor en pos de lo que mayor beneficio te reporte (comer paella casera con las olas bañando tus pies, o comer paella sin arena). Obviamente puedes intentar limpiar la playa de arena, pero es un gasto de energía inútil, ya que puedes morir en el intento de quitar la arena o, si tienes éxito, convertirás la playa en otra cosa, pero dejará de ser la playa. En cualquier caso la decisión es tuya, y la responsabilidad sobre ella también. Y sobre sus consecuencias. Tienes lo que tienes, ni más ni menos. Tienes lo que te has buscado, lo que te has currado y lo que estás dispuesto a trabajar. A veces no puedes hacer que las cosas vayan mejor, pero decides cómo asumes eso. Ejemplo práctico: mis posibilidades reales de cambiar de trabajo pueden ser elevadas. Si decido que no quiero perder poder adquisitivo, las reduzco un poco. Pero lo hago yo. En mi caso, tal y como se ha demostrado, las reduzco un montón, casi hasta que llegan a cero. Bien, ahora puedo lamentarme o asumir que dado que yo he preferido mantener mi estatus económico por encima de mi bienestar profesional, lo mejor que puedo hacer es dejar que mi trabajo me amargue lo menos posible. Por supuesto que habrá días que el desánimo sea grande, pero en general la actitud más sana es evaluar y elegir. Lo mismo pasa con las personas. Intentar barrer su arena es inútil, está ahí porque les gusta, por mucho que te fastidie a ti, así que o bien pones cemento de por medio o bien asumes que hay lo que hay, y vives con ello. Todos hemos tenido en nuestra vida, de manera más o menos cercana, a típico malote de instituto. Era el repetidor, el que fumaba en los baños solo porque estaba prohibido (salir a la calle no molaba), el que tenía enamoradas al 90% de la población femenina que lo rodeaba, el que salía un día con una y otro con otra sólo por el placer de jugar con todas a la vez... Muchas pensaban que podrían cambiarle, “conmigo será diferente”. Bueno, podría ser. Pero sólo cuando él quisiera. Era como la llama de una vela. Ágil, cambiante, atrayente... Y quemaba. Pero sólo si tú querías que quemara. Siempre había un límite en el que poder mantener tu integridad. Pero debías saber que, por encima de la remota posibilidad de que realmente se enamorara de ti, estaba lo que querías: pasar un buen rato y punto, sin más complicaciones. Sin quemaduras. Ponías un muro de cemento para que la arena no te llegara. Conocí a muchas que no pusieron el muro, y sufrieron por ello. A pocas las oí ser valientes y declarar que, aunque sabían que eso iba a pasar, habían decidido arriesgarse. Creo que cualquier opción es buena, siempre que se afronte con valor y determinación, haciendo lo que quieres. Y asumiendo que tenías un buen montón de cartas descubiertas sobre la mesa que te permitían aventurar lo que iba a pasar. Vamos, que la responsabilidad (o la culpa) eran tuyas, porque tú habías tomado la decisión de hacer lo que fuera. Yo soy responsable de lo que tengo, me he ganado a pulso las cosas que tengo, las buenas y las malas (y estoy hablando de cosas fuera de la inevitabilidad de la naturaleza, aunque si quisiera ser rubia, podría). Así que no me valen excusas ñoñas del tipo “es que no lo sabía”, “es que creí”...Puede que en algunas cosas, y en algunos momentos no tuviera toda la información. Pero luego sí. Y si decidí seguir adelante fue cosa mía. Nadie me engañó. Asumí y asumo los riesgos. Luego las cosas pueden salir mejor o peor, pero están ahí porque yo quise. Si, por ejemplo, el novio de X (al que llamaremos Y) decidiera ponerle los cuernos, obviamente (en principio) la culpa no sería de X, sino del novio. Pero si X sabía que su pareja no tenía intención de ser fiel, las cosas cambian. Entonces X sabía dónde se metía, y debe asumir que, en el fondo, sabía que eso podía pasar. Y si no lo sabía, y realmente es la primera infidelidad en la vida sentimental de Y, aún así X tendría opciones. Podría decidir seguir con él, asumiendo que eso ha pasado y perdonándolo, hablándolo con Y y llegando a acuerdos o haciendo como si eso nunca hubiera ocurrido (mala idea). O bien puede plantarle en el sitio y seguir su vida. Puede llorar amargamente durante mil días y sus noches, o puede decidir que eso no la va a amargar... ¿Veis? Es su decisión, su responsabilidad. Ha habido cosas en mi vida que no me han gustado y he cambiado. Otras que no he podido cambiar y que he asumido de la mejor forma posible. E intento hacer eso ahora mismo, con las cosas feas que veo a mi alrededor. Sí, podría estar mejor. Sí, podría ser más feliz. No, no me cabe ninguna duda de que lo conseguiré. Sólo hay que tener claro que la culpa, la responsabilidad de ello, es sólo mía. P.D. Yo también provoco imágenes mentales de vacas tocando el violín, pero las neuronas, en vez de animar, crean interpretaciones alternativas de mis palabras. Así, la frase "Película adaptación de la cuarta novela" ha quedado convertida en "Cuarta adaptación de la famosa novela...". Genial.|W|P|112558706657599456|W|P|¿De quién es la culpa?|W|P|tindriel@gmail.com-->