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lunes, 17 de junio de 2002

Esta tarde, y a pesar del calor he estado estudiando. Este hecho, que en sí no debería tener nada de especial en una estudiante es en mi caso una variación de la rutina. Nunca he sido de las que empiezan a estudiar el primer día, ni siquiera el primer mes. Siempre lo dejo para el último día, y es que está científicamente demostrado que cuanto más estudio peor me salen los exámenes. Será que cuando logro insertar algo en mi disco duro no puedo dejar de darle vueltas, siempre he sido muy dada a buscar ocho pies al gato. Pero esa es otra historia. La asignatura de la que me examino mañana es Ética periodística lo que, para algunos, puede parecer una contradicción absoluta. Y he de reconocer que a mí me lo parece cada vez más. En concreto no he podido dejar de pensar en uno de los apartados del examen/temario "el secreto profesional", ese derecho legal y constitucionalmente reconocido que te habilita para no revelar tus fuentes jamás (salvo cuando seas implicado en un juicio, entonces la decisión es tuya pero te pueden condenar). Pero también te habilita para no revelar la información confidencial que te haya sido dada. Vamos como el secreto de confesión de los curas. Hasta aquí ningún problema. lo curioso ha sido cuando en los apuntes teníamos la definición de los distintos tipos de informaciones que te pueden dar. La clasificación en sí no es importante para este tema, aunque sí una de las clases, aquella que se denomina "off the record". Para que nos entendamos este tipo de información suele darla una fuente a alguien en particular, sin grabadores ni notas de por medio, con la promesa de confidencialidad y, normalmente, con el de no usarla o atribuírsela a uno mismo, como si fueran disquisiciones del periodista. Sirve para investigar, no para publicar. Bien, pues el pasado viernes la comunidad periodística al completo decidió saltarse a la torera semejante, llamémosle así, precedente. Los periódicos, las radios y las televisiones dieron la noticia de que Adolfo Suárez, en una conversación con periodistas y "off the record" opinó sobre la sucesión de Aznar. Este hecho puede parecer tonto, pero no lo es. No sólo se han saltado las normas éticas de la profesión, además han traicionado la confianza de una fuente, de alguien que, por primera vez en mucho tiempo, decidía hablar con periodistas sobre actualidad política. Desde luego, me sorprendería que Suárez volviera a hablar con alguno del gremio. Es preocupante cuando todos los miembros de una profesión se ponen de acuerdo para saltarse todos los códigos éticos y deontológicos que existen sobre su actividad. Pero lo es más aún el hecho de que nadie, absolutamente nadie, haya levantado la voz para protestar por ello.
Y como siempre, demostrando mi incultura en esto de la informática, no me aclaro con tanto botoncito...
Bueno, pues a las 11.54 del día 17 de junio de 2002 queda inaugurada esta "mamarrachada" :)