<$BlogMetaData$>

sábado, 31 de julio de 2004

18.15 Lo echo de menos Esta tarde he hecho una entrevista telefónica con un bailarín afincado en Nueva York. Argentino de nacimiento, y de pasión, es una de esas figuras del ambiente cultural que más me gustan. Desde hace unos años, no me pierdo un espectáculo suyo (espero no perdérmelo este año), y desde hace dos, le entrevisto cada verano. A las típicas preguntas sobre el nuevo montaje, le suelen seguir otras de carácter más general. Normalmente sobre la danza. Pero esta vez ha sido diferente. Quizás porque le situación daba para ello, o porque yo sentía la necesidad de respirar más esas atmósfera que habíamos logrado crear. El caso es que la entrevista ha durado unos 40 minutos y ha sido genial. No ella, que ya veremos cuando la transcriba, sino la sensación de estar haciéndola; de estar charlando de tú a tú con alguien a quien realmente admiro (y no sólo por cómo baila). Al colgar, despidiéndonos hasta finales de agosto, o hasta el próximo año, la nostalgia se ha quedado flotando. Hubiera querido seguir, pero no podía. Al salir del despacho en el que estaba, mi primer impulso ha sido transcribir la cinta, volver a escuchar la conversación, apuntar mis fallos y enorgullecerme de los aciertos. Tratar la entrevista con el cariño que en ese momento me provocaba. Pero no podía ser. Tenía que regresar a mi mundo de puntos, comas y tildes (o acentos ortográficos). Septiembre queda lejos, y mis esperanzas, más aún. Realmente, por mucho que despotrique a veces, lo echo de menos...