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lunes, 15 de noviembre de 2004

16.00 Se supone que yo no debería estar aquí ahora, en el trabajo. Se supone que los lunes yo sólo trabajo medio día, pero mi jefe no me ha dejado. La razón, que no curré el viernes (porque me cogí el día para asistir a la boda de mi primo). Lógico, no. Mezquino, un poco. O un bastante, si lo sumamos a otras jugadas pasadas. En fin, qué se le va a hacer, no va a amargarme el día. Y menos a una semana de mis merecidas vacaciones. Que le den. El viernes, como ya he dicho, tuve boda familiar. Y Athair me acompañó. Las cosas transcurrieron tal y como me esperaba: mi abuela hizo una declaración de su felicidad y alivio, mis primos se portaron bastante bien, Athair fue un auténtico cielo y la música fue lo suficientemente hortera como para que nos escapáramos a eso de las doce y media de la noche, poco después de que empezara. Hasta ahí todo normal, lo malo ocurrió al llegar a casa y descubrir que no podíamos abrir la puerta. Cerca de una hora y pico después estábamos en casa, con la puerta abierta y 140 euros menos en mi cuenta (lo que me cobró el cerrajero de guardia). Y, sobre todo, una duda: ¿podría pagarme el viaje a la RAM y/o unas minivacaciones en un balneario con Athair? La respuesta hoy, cuando me daban el presupuesto de la nueva cerradura. Y la respuesta es, obviamente, que no. Más que nada porque la broma me va a costar 430 eurazos de nada (a los que hay que sumar los 60 que pagaré la próxima semana para la “delicada operación” –léase castración– de Ulysses). El sábado por la mañana, otro susto. Mientras disfrutaba de un desayuno con Athair me entero de que mis padres están en el hospital (luego era en urgencias) porque mi hermano ha tenido una pelea. Al final no tiene nada, menos mal, sólo la mano derecha hinchadísima porque había tenido la genial idea de romper la luna de un coche de un puñetazo. Bueno, lo de la mano y la denuncia que le puso la Policía por vandalismo, aunque como el dueño del coche no quiere presentar cargos no pasará nada. Susto, nervios, tensión y cabreo por la inactividad de mis padres, que no querían remover nada. Por la noche, fiesta en casa de Tomber. Muy chula, lástima que me tuviera que ir. El domingo, PS2 y partida con Imperator (el blog de Molly está actualizado). Y hoy, buen día. Solo me preocupa una cosa: cada vez como menos. Hoy me he pedido el mismo menú de BK de siempre, y he tenido que forzarme a terminarlo, que si no lo hubiera dejado a la mitad. Pero bueno, tampoco es una preocupación tan grande. Estoy contenta y tranquila, y las vacaciones están muuuuuuuuuuy cerca.