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lunes, 21 de febrero de 2005

Parte semanal

Este ha sido, en resumen, un buen fin de semana. En sus primeras horas no tenía pinta de ir a computar en mi lista de Buenos momentos, pero puedo afirmar que me equivoqué. Y gracias a ello hoy estoy escribiendo aquí. El sábado tuve la suerte de asistir a la entrada del Capitán Napalm en ese nuevo mundo llamado los juegos de rol. Y fue memorable. La escena de la viuda contándole al asombrado y ávido periodista la historia de su prima Peggy Sue y su marido Matt fue más de lo que pude soportar. Pena de cámara de vídeo... Y el tercer tiempo tampoco estuvo mal, cortito (que todos teníamos sueño), pero agradable. También la conversación previa a la partida. Siempre es un gusto hablar con vosotros, chicos, y con el Capi es, además, un lujo del que disfruto menos de lo que me gustaría (pero no me quejo, que conste). Y ayer fui con Athair a ver Constantine. Entré sin esperar demasiado de la película, y me gustó. Y Rapun, no sufras, el papel de Keanu es bastante parecido al que tiene en Matrix. Habla un poco más, es cierto, pero su actuación traslada my correctamente la esencia del personaje. Vamos, que lo hace bien. No, no tiene nada que ver con el Keanu de Un paseo por las nubes ni con el de ese otro engendro (cuyo título no recuerdo) por el que le condenaste a tu antipatía. La película tiene unas cuantas escenas memorables, y consigue arrancarte las carcajadas a base de cinismo e ironía, algo nada fácil. Sólo le pondría un par de peros, Nada grave en cualquier caso. Y tras esas risas, otras. Las que provocaron 3 capítulos de Futurama (cortesía de beor) vistos en la mejor de las compañías. Magnífico broche para una semana excepcional. Eso sí, Ulysses últimamente no está nada contento conmigo, que este fin de semana casi no he parado por casa. Habrá que recompensarle.