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jueves, 15 de diciembre de 2005

Mi vida es un zoo

Cansada de abordar la rutina con los mismos métodos de siempre, llevo desde ayer asignando animales a los comportamientos que observo, o a las cosas que me pasan. O a las personas: Llevo tres días trabajando con pingüinos (también conocido como pájaro bobo). Sí, mi redacción últimamente se parece a esto:

Y es que en estas dos semanas hemos tenido que editar un número especial para el que se han saltado todas las normas de trabajo, con el consiguiente resultado catastrófico. Lo normal es que la cadena de trabajo sea la siguiente: redactor __ subdirector __ edición (1ª lectura) __ edición (2ª lectura) __ ferros __imprenta Esta vez se ha hecho: traductor/redactor__ edición (1ª lectura) __ edición (2ª lectura) __ ferros__ imprenta Y ha acabado siendo: traductor/redactor__ edición (1ª lectura)__ edición (2ª lectura)__ subdirector__ ferros/subdirector__ redactor__ subdirector__ edición__ ferros__ imprenta Vamos un lío que nos ha dado 2 o 3 veces el trabajo necesario... Ayer fui a comprarme un abrigo. No es que no tenga, pero quería uno especial. El problema que tengo en inverno es que, en realidad, la mayoría de mis abrigos no abrigan demasiado, así que acabo llevando gordos jerseys de lana para poder andar por la calle. Pero cuando voy a trabajar eso es un problema, claro, porque en la redacción la calefacción está altísima, dejando el ambiente a una temperatura casi tropical. Aunque como yo soy un poco friolera, necesito llevar algo más que una simple camiseta, pero menos que un jersey. Así que lo que necesitaba era algo que me abriigara mucho sin necesidad de ir forrada por dentro. Y lo encontré. Esta mañana me lo he puesto para ir al trabajo, y estoy feliz. Nada de frío, y aquí nada de calor (llevo camiseta de manga corta y chaquetita negra de punto, de verano). Me siento como un oso polar en medio de un glaciar. Que sabe que fuera hace frío, pero en su piel se está tan calentito...

Fue en esa compra cuando me crucé con otro especimen animal: la urraca. Sí, cuando estábamos cruzando la calle Gran Vía, noté algo extraño, y me llevó unas décimas de segundo darme cuenta de que me habían robado el móvil, y de que había sido una chica que estaba justo detrás de mí al cruzar. Si bien yo fui rápida al darme cuenta, el terner a Athair al lado fue una bendición, porque él pudo enfrentarse a la urraquilla y conseguir que le devolviera el móvil. Por mucho que yo lo hubiera intentado no habría intimidado ni a una mosca.

Después del incidente, y en mi labor de clasificación zoológica, intenté pensar qué animal le correspondería a Athair, al menos en ese momento. Y el único que me gusta (aunque sé que él me va a matar) es...

¿Por qué? Porque es capaz de inspirar temor en otros animales (en muchos, realmente), pero también puede ser esponjoso, tierno y abrazable cuando quiere. Aunque también me gustan los leones y los lobos (que sé que él preferiría), la verdad es que, para mí, le pega más el oso.

Y tras el abrigo y la urraca, nos fuimos al cine. A ver King Kong en versión original. Me encantó. Tiene dos partes absolutamente diferenciadas, cada una con un ritmo distinto, pero ambas magníficamente dirigidas. Consigue transmitir la tensión, el miedo, la repugnancia, la incredulidad (esas tiradas de cordura que no siempre pasan los protagonistas)... pero también la sorpresa, esa punzada en el estómago de los primeros momentos del tonteo, el cariño, la preocupación, el hastío... Al final una panzada de llorar (como 30 minutos sin parar) y una pregunta flotando en el aire... ¿cuántas horas de su vida ha dedicado Peter Jackson a jugar a Chuthlu? Y viendo monos me acordé de otro al que hace mucho que no veo: Mimi Un encanto de bichejo que me hace reír en los momentos más inesperados, que me alimenta a base de piiojos y que mantiene mi cabellera negra, reluciente y libre de canas... por el expeditivo método de arrancármelas. Aunque también es tierno y dulce, claro. Y para terminar, dos cosas para que disfrutéis: El trailer de la segunada parte de Piratas del Caribe... (¿es este el año Chutlhu o qué?). Y unas fotos del pueblo de peor rollo de toda la historia de los videojuegos: Y sin haber jugado, ni haber visto nada de la película, ya sé quién es el malo... Más pistas aquí.