<$BlogMetaData$>

miércoles, 15 de septiembre de 2004

14.30 Me acordé Despuésde 26 años de olvido esta vez he conseguido ser la primer en felicitar a mi padre. Y en hacerlo sólo 5 minutos después de que comenzara su cumpleaños. Sé que le hizo mucha ilusión que me acordara, y que mi madre también lo recordara (aunque fuera por mi llamada a horas intempestivas). Y tengo regalo para él, menos mal. Al final ni tarta ni guantes de golf: la primer temporada completa de CSI, que le encanta. Ayer recibí una inesperada llamada telefónica. Me encantó. Y aún hoy me dura la sonrisa que provocó. Y mi baño empieza a parecer otro. Cuando las paredes estén pintadas será un lugar mucho más agradable para asearse. Los azulejos me estaban matando... Y acabo de tener una semi discusión telefónica. El tema, el de siempre. ¿Por qué cuando yo cometo un error siempre parece más grave que si lo cometen los demás? O lo que es lo mismo, ¿por qué la gente encuentra justificable cosas en el comportamiento de otros que no es capaz de justificar en el mío? ¿Por qué algunos siempre piensan lo peor de mí, sin darme opción a explicarme? Es frustrante, y raro. Es cierto que los terremotos emocionales tienen la ventaja de que te permiten hacer criba del grado de amistad de los que tienes a tu alrededor. Nunca pensé que encontrar una persona con la que compartir mi tiempo, esto es, un novio, y comprarme una casa hicieran lo mismo con mi vida. Pero parece que ha sido así. Y algunos no han pasado esa selección natural. Es una pena, sobre todo porque no entiendo que algo que se supone debería alegrarles, en mi caso les aleja. Pero bueno, no importa. Hay otros muchos que sí han sabido superar la dura prueba. Y los que no... ellos se lo pierden.