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martes, 7 de septiembre de 2004

11.50 Los libros Desde pequeña he amado los libros, todos lo sabéis. Me encanta abrir un libro nuevo y pasar las páginas. Hacerme con su olor, su tacto, su estética... Me gusta que las cosas estén cuidadas, que se hagan con el cariño y el respeto que toda obra merece. Por eso me enfurecen muchas cosas, cuando veo que la editorial no se ha preocupado lo suficiente de que el volumen que tienes entre las manos te haga pasar los mejores momentos posibles. Una de esas cosas es la mala edición del texto. Las faltas de ortografía, las incorrecciones, la invención de palabras porque el traductor no sabe las correctas... Cada vez que veo algo mal escrito se me revuelven las tripas, y no tiene nada que ver con mi trabajo actual. Y luego están las sinopsis. ¿De verdad alguien paga a una persona para que resuma un libro en cinco frases y, encima, lo hace mal? Odio cuando lees la contraportada y, mientras lees el libro, te das cuenta de que te han contado el final. O, peor aún, eres consciente de que el que escribió lo que escribió (y el que dio el visto bueno) no se han molestado en leerse el libro, porque cualquier parecido entre la sinopsis y el argumento es pura coincidencia... A veces, cuando me da por soñar, imagino que me toca la lotería, y cumplo mi sueño de niña... tener mi propia editorial. Aunque, cuando soy más realista, me conformaría con trabajar en una. Ahí no me importaría tanto editar textos de otros. Y sé que haría un gran trabajo. Por cierto, ¿nadie tiene un amigo con editorial propia, verdad?