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jueves, 30 de septiembre de 2004

19.26 Día de rabia y subvenciones Parece que las pilas recargadas no se agotan, afortunadamente. Acabo de solicitar la matrícula, por Internet, para la UNED. Ahora sólo falta confirmarla. Al final, Filología Inglesa, tres asignaturas: Lengua Inglesa I (Athair, creo que te voy a necesitar muuuucho), Literatura Inglesa I y Corrientes y Autores Literarios Norteamericanos hasta el Siglo XX. También, y a falta del último paso, he mirado los precios de los manuales... Y ahí me han pegado el palo. En total, casi 350 euros en libros. Lo peor, que sé que me los voy a comprar. Al final he hecho un pacto con mis padres por el cual ellos me adelantan el dinero y yo se lo doy cuando Hacienda me devuelva lo que me debe (que a juzgar por lo que dice el programa de consulta será dentro de unos 10 días). Así pues, adiós amortización de hipoteca. Aún así, pagándolo todo, es posible que me quede lo suficiente para unos utópicos paseos por playas de arena blanca... Sí, no debería, lo sé. Pero llevo unos meses tan agobiada que no me vendría mal darme un capricho. Pero bueno, volvamos a lo importante. Las decisiones están siendo tomadas y salen adelante. Afortunadamente cuento con algunos apoyos en el exterior. Y no sólo mi madre (mi padre tiene dudas, pero no protesta). Habéis sido un encanto animándome incluso más de lo que podía esperar. Gracias Athair por el detalle. Por desgracia el gimnasio tendrá que esperar, que para todo no me da. Otro cambio que estoy considerando es el de poner ADSL y olvidarme de contar los minutos para poder conectarme a Internet. Además, que igual la cuota acaba pagándomela el Ministerio de Fomento, ya que el importe es más o menos la subvención que me darían por comprar una vivienda. Sí, una mierdecilla, pero menos da una piedra. Y es que hoy he ido a pedir una subvención con mi madre. Y me río yo del optimismo de Rapunzell, a veces mi madre es demasiado ingenua. Resulta que hay dos tipos de subvenciones, a saber: el cheque vivienda (hasta 6.000 euros a fondo perdido) y la que voy a solicitar yo (algo de entrada y un porcentaje de la cuota de la hipoteca también a fondo perdido). La primera está muy bien, y era la que iba a pedir, pero había un problema: hay que pedirlo en los dos meses siguientes a la compra de la casa, y a mí se me había pasado el plazo. Y no por despiste, es que hasta ayer no tuve copia simple de la escritura. El caso es que mi madre se ha empeñado en ir a solicitarlo de todos modos, aduciendo que el funcionario sería una persona encantadora y seguro que entendía mi caso. Claro, mamá, seguro. Afortunadamente no hemos tenido que comprobarlo, porque el cheque vivienda es para compras de menos de 120.000 euros. Así que ha sido descartada. Y digo afortunadamente porque aunque mi madre pueda pecar de ingenua y dulce,tiene una mala leche que alucinas. En fin, que como veis ha sido un día movido, de esos que terminas con satisfacción porque has hecho cosas importantes, como encontrar soluciones y luchar para ponerlas en marcha. La rabia ha venido de los atascazos que me he tragado hoy, y es que no sé muy bien qué pasaba hoy pero he tardado, lo juro, más de una hora y media en llegar a mi casa desde el Puente de los Franceses. He llegado con tan mala leche a casa que le he pegado cuatro gritos a Ulises (que sólo quería mimos) y, además, mientras fregaba los platos, me he cortado con un cuchillo. Una chorrada, pero ha sangrado un huevo. Menos mal que una siesta, los mimos del gato y el hacer cosas me han devuelto el buen humor, sólo empañado por la anulación de un par de planes deseados. Pero hay tiempo ¿no?