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viernes, 15 de julio de 2005

Retazos

–Hoy he tenido una mala noche. No conseguí dormirme hasta las 3, más o menos, y a las 4.30 me despertó un mensaje en el móvil. Cuando me iba a dormir de nuevo, otro mensajito me desveló (5 de la mañana). A las 5.30 volví a caer rendida, para volver a despertarme a las 7, cuando una negra bola de pelo y mimos se subió a mi cama y se pegó tanto a mi nariz que no me dejaba respirar... Ulises había conseguido abrir la ventana del baño (que creí cerrada) y se había escapado de la cocina. Así que le saqué del cuarto, cerré la puerta y a dormir de nuevo hasta las 8. En total, 4 horas de sueño agitado y un gran dolor de cabeza... –El segundo mensaje de la noche era de mi proveedor (por llamarlo de alguna forma) de Internet, asegurándome que habían doblado la velocidad de mi conexión. Pero juro que desde ayer va mucho más lenta, y no me deja entrar en páginas tan raras como Yahoo o Google. Espero que para cuando llegue esta noche ya funcione mejor y sólo haya sido un problema temporal por estar toqueteando en la línea... –En tan agitada noche he tenido un sueño extraño. En él aparecían Pucela, su hermano y sus tres hijos, a los que Athair y yo visitábamos para conocer. Al llegar, lo primero que me dice Pucela es que sólo ha llevado a dos de sus hijos porque la tercera (sí, era chica en mi sueño) está en una clase, que si queremos podemos ir con ella y participar. Aceptamos y acabamos en una clase de Expresión Corporal amenizada con música en directo. Música clásica que tocaba una pequeña orquesta donde destacaba Rapunzell tocando el violonchelo... En mi sueño, Rapun sabía tocar muchos instrumentos y era una música muy solicitada. Yo pasaba toda la clase junto a la niña de Pucela, moviéndonos y riéndonos. Al acabar, le pedía que me diera un beso y me contestaba que no. Al preguntar la causa ella, muy seria, contestaba: “es que no me fío de tu apellido”. Raro, muy muy raro. –Otro misterio a resolver: esta mañana Athe me ha indicado que en mis enlaces, al pinchar sobre el de Earendil, la dirección a la que te enviaba era de nuevo a mi blog. En la plantilla, sin embargo, la dirección estaba bien puesta. Me ha costado un buen rato poder arreglarlo, y es que el enlace parecía decidido a enviarte de nuevo a mi blog, lo hiciera como lo hiciera. –Queda un día. De hecho, unas horas. Las puertas de la Fnac me esperan, y uno de los sofás del Starbucks también... Todo en muy agradable compañía. Tengo que comprar regalices. Susto a este respecto cuando Athair me ha dicho que su hermano había visto en las noticias que no se vendería el libro mañana. Falsa alarma, en la Fnac lo tendrán. ¡¡¡Bien!!! Me pregunto si lo tendrán en el Vip’s cuando salga del trabajo... –Tenía más cosas. Se me han olvidado todas...