<$BlogMetaData$>

martes, 26 de abril de 2005

Variaciones

Ayer, mientras hacía turnos en el X-Kings y mantenía una agradabilísima conversación (vía messenger) con Earendil, dejé la televisión encendida, como ruido de fondo. Como había estado viendo a Grissom y sus chicos, el ruido de fondo que quedó fueron Horatio y sus colegas. La verdad, no hice ni puñetero caso. Salvo al final del capítulo. En él aparecían Horatio y un guardia jurado venido a menos. Al parecer, había habido un incendio en algún edificio (presumiblemente donde trabajaba el guardia) y él no había sido capaz de apagarlo/evitarlo/salvar a todo hijo de vecino (elíjase la correcta). En fin, que el pobre hombre estaba destrozadito perdido, medio llorando, y en esas va mi héroe y suelta la perla del día: –Los remordimientos nos mantienen en tensión. Nos hacen mejores. ¡¿Qué?! Los ojos se me salían de las órbitas, y mi cerebro se negaba a procesar semejante dechado de sabiduría. Que yo sepa, los remordimientos, alimentados y alentados tal y como proponía H., lo único que hacen es bloquearte e impedirte avanzar. En cualquier campo. Aprendemos de errores, no de decirnos a cada paso: “Debí ser mejor. Fracasé y por mi culpa, por mi incompetencia, algunas personas sufrieron”. Si encima estamos hablando de que X personas murieran por ello, las consecuencias de sentirte culpable pueden ser mucho peores. Eso sí, no pierdo la esperanza de que los guionistas sean coherentes con sus propias palabras y los remordimientos por hacer semejante mierda cada semana no sólo no les dejen dormir, sino que les inciten a dedicarse a cualquier otra cosa, mejorando así la programación televisiva. En otro orden de cosas, hoy me he levantado muy feliz pensando que solo faltaba mes y medio para el sexto libro de HP. Pero me he dado cuenta de que va a ser que no, que faltan dos meses y medio. La espera se hará larga... Tras leerme The Hitch Hiker's Guide to the Galaxy, hoy he cogido un libro que llevaba unas semanas postergando. Más que por placer, lo leo por una mezcla de curiosidad morbosa y porque me lo ha enviado quien lo escribió. Bien, llevo unas 30 páginas, y es tan malo como creía. Y, lo que es peor, tiene todos los errores gramaticales que sospechaba, lo que me hace imaginar que nadie ha osado editar/corregir el estilo del manuscrito. Y éstas son cosas que cada vez me ponen más nerviosa. Ya son dos las cartas, a distintas editoriales, que he mandado en los últimos meses quejándome de la descuidada edición de los libros. La última, por el libro La venganza de Opal, cuarta entrega de las aventuras del ladrón y multimillonario adolescente Artemis Fowl. En fin, que creo que me estoy pasando (la carta era bastante fuerte), así que espero que mis vacaciones hayan ayudado a despejar mi cabeza un tanto y a que deje de fijarme en todas estas cosas. Que si no voy a acabar por no disfrutar de los libros... Y ya para terminar, un anuncio. el blog de Athair volverá a estar operativo en breve (o eso espero), cuando consigamos terminar (ejem) el rediseño del mismo. Pero el evento será debidamente publicitado.