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miércoles, 9 de junio de 2004

19.20 Mi odisea Esta semana está siendo algo complicada, aunque en el terreno personal quizás a partir de mañana se calme un poco (empiezo a parecerme a Annie). El primer lío ha venido por la nueva casa y la hipoteca, que ya tengo concedida. Ahora sólo queda firmar, comprar las cosas y mudarme. Todo parece muy sencillo ¿no? Pues no. Mis padres tienen numerosos viajes de trabajo a partir del día 16 de junio (gran fecha, por otro lado). Y claro, siendo como son mis avalistas, tienen que estar presentes en la firma. Total, que se puede retrasar hasta principios de julio. Y luego queda la compra (quería aprovechar las rebajas, lo que me obliga a esperar hasta julio para hacerme con los elementos decorativos) y la mudanza. En el trabajo me dan 3 días, pero a partir de la segunda quincena no puedo cogérmelos... Y aún no sé qué muebles quiero, ni por asomo (bueno, quizás hay una mesa que sí...) En fin, que me bailan fechas posibles... Luego está el segundo jaleo semanal, la odisea real: escribir el artículo sobre Joyce. Lo hice ayer, pero quedé realmente descontenta con el resultado. Además, en el trabajo no dejaron de calentarme la cabeza con él, y casi acabo matando a mi jefe, que no se fiaba de mí (en cosas tan tontas como si el Ulises tiene 7 capítulos, o 18). Al llegar a casa intenté olvidar el tema, pero estaba claro que me perseguía, y no podía dormir. Para terminar de arreglarlo no encontraba mi mapa de Dublín, y, lo que era peor, la cita con la que empezaba el reportaje. Y eso sí que no. Acabé casi con un ataque de nervios. Gracias a Athair y a unas pastillitas rosas y blancas, logré dominarme un poco. Aunque descansar, no mucho. Al final he decidido reescribir el texto de nuevo y suprimir la cita. Y sí, he encontrado el mapa de Dublín, aunque para el trabajo he tenido que hacer uno nuevo. La parte buena de toda esta odisea, porque sí, también lo hay, es que he releído a Joyce (algunos trozos, claro) y eso siempre es genial. Aunque esta vez no he podido disfrutarlo como me gusta. También he releído a quienes han escrito sobre él y su obra, de lo que siempre se aprende, y he logrado engrosar mi colección sobre el tema con dos nuevos colúmenes: Mi hermano James Joyce, de Stanislaus Joyce y la edición de Ulises de Planeta, con traducción de Salas Subirats (la primera publicada en España). Por último, y quizás más importante, he cumplido un deseo, y, al tiempo, me he enfrentado a un ogro personal: escribir sobre Joyce. Puede que no sea el mejor artículo de mi vida, o de la del Ulises, pero tampoco está tan mal. Además, siempre hay una primera vez y las cosas mejoran con la práctica... Y para celebrar tan encomiable optimismo, me voy a regalar un cd. ¡Ah! y el sábado disfrutaré por partida doble: por la mañana, sesión de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, por la tarde, teatro con La noche de Molly Bloom (si alguien quiere venir, está a tiempo). Por cierto, tengo muchas ganas de volver a respirar el aire contaminado de Dublín, menos mal que ya sólo quedan 9 días... P.S. Aviso a navegantes: el próximo día 16, si no queréis veros intoxicados por un exceso de Joyce, mejor no leais mi blog ;)